Bienvenida/o al Newsletter de Carola Mira Psicóloga, en el que escribo semanalmente contenido valioso sobre crianza efectiva, nutrición, ejercicio físico y crecimiento personal, para que disfrutes cada paso de este camino y así percibas cómo la transformación comienza en ti.
-------------------------------------
Resumen de hoy:
1. Escalofríos
2. Pedir apoyo
3. Dormir
4. Desde que soy mamá
5. Recuerdos
6. Reflexión
7. Invitación
-------------------------------------
1. ESCALOFRÍOS
Suena el despertador como de costumbre, me levanto a las 6:30 am, lavo mis dientes y voy a despertar a los niños, uno por uno, para alistarlos. Es día de semana, así es que toca ir al colegio. Mientras tanto, mi esposo avanza también y baja a la cocina a preparar desayuno.
Acompaño a mi hijo de 5 años alentándolo para que termine de vestirse, y repentinamente empiezo a sentir mi cuerpo extraño, un par de escalofríos se asoman, pero no les doy mayor importancia. Decido seguir enfocada en mi misión: que todos terminen de vestirse para empezar a desayunar.
La mañana continúa, los niños ya están tomando desayuno, y yo mientras tanto, preparo las loncheras con los almuerzos.
Dolor de cabeza repentino e intenso, tanto así, que me hace parar unos minutos:
“Debe ser por que no he dormido lo suficiente […] De seguro se me pasará pronto”, pienso.
Sigue avanzando la mañana, ya son casi las 8:30 am y mis niños parten al colegio con mi esposo. Yo empiezo a trabajar, normal, como cualquier día. Hasta que a las 11:00 am caí en cama, con 38,7°C de temperatura, escalofríos y un dolor de cabeza más intenso que la primera vez:
“Era como si me fuera a explotar la cabeza en cualquier momento”.
2. PEDIR APOYO
Mi esposo estaba en casa (por fortuna, no le ha tocado viajar fuera de la ciudad donde vivimos), así es que le pedí que se hiciera cargo 100% de los niños hasta que yo me sintiera mejor. Percibo que para él, esto no es mayor inconveniente porque desde que nuestros hijos son bebés, él ha ido aprendiendo en el “hacer” (al igual que yo). Para sobrellevar el día a día con los niños según los desafíos que van surgiendo, hay que “meter las manos en la masa”, no hay otra manera, porque “la práctica es lo que hace al maestro”.
3. DORMIR
Fueron 3 días enteros en los que no pude con mi alma, apenas tenía fuerza para alcanzar el vaso del mueble y tomar agua. No me podía levantar, ni mantener los ojos abiertos por más de 5 minutos.
“Dormí, dormí y dormí, lo que no había dormido en meses. Y reconozco que no me siento orgullosa de esto […] Soy muy estructurada y precisa en organizar el día para que mis hijos duerman las horas que necesitan: ¿pero… y conmigo? Definitivamente, priorizar mi sueño se volvió urgente.
Tengo “lagunas mentales” de estos tres días que pasaron, algunos recuerdos de conversaciones que escuché entre los niños y también cómo en la mañana siguiente mi esposo corría para alistar a todos:
Preparar desayuno
Acompañar mientras se visten (y que no se distraigan mucho tiempo)
Hacer las colaciones y preparar las loncheras
Asegurar que se han cepillado bien los dientes
Revisar que el más pequeño lleva en su mochila el material que corresponde al día de la semana.
Y bueno, todo lo demás que tu bien sabes se hace durante las mañana en un día de semana con niños.
4. DESDE QUE SOY MAMÁ
Desde que soy mamá - hace 11 años - me he sentido así como te cuento sólo en 2 ocasiones. Y las dos veces han sido durante este año. Ahora que lo escribo para compartírtelo, me sorprendo. En 11 años me he enfermado (sin poder levantarme de la cama por días) sólo dos veces. ¡Muy poco!
Que durante este 2024 hayan ocurrido ambas, se debe al trabajo interno que he empezado hace ya algunos años y que tiene directa relación con CONFIAR:
Confiar en nosotras mismas
Confiar en los demás.
Las mamás no nos damos “permiso” para enfermarnos, porque nos preocupa no tener a alguien que cuide a los niños con amor y dedicación cuando nos sentimos mal, y si tenemos a “ese alguien” no confiamos en que lo hará como nos gusta” […] Si nos enfermamos nos preocupa no tener a alguien que les cocine, que juegue con ellos, que los bañe y que los acueste a dormir. Nos preocupa que no funcionen las rutinas como de costumbre, pero lo que más nos preocupa es que quién esté cargo no haga las cosas tal como a nosotras nos gustaría.
Y te tengo una noticia: todos esos pensamientos convertidos en preocupaciones los inventa tu mente para hacerte creer que no existe apoyo adicional que te pueda sostener, y que por lo tanto, no hay espacio ni tiempo para parar, descansar o enfermarte. Y aquí es donde te propongo que cuestiones a tu mente.
Mi esposo ha hecho una labor fenomenal con los niños: les ha cocinado, ellos han descansado lo necesario, han salido a pasear, han asistido al colegio e incluso han ido a sus entrenamientos de básquetbol. Todo ha seguido su curso, y lo más importante, es que observo a los 3 y los percibo felices, tranquilos.


Siento que esta experiencia para ellos será profunda, porque pudieron contar con un “lugar seguro” cuando mamá no estuvo disponible física ni emocionalmente. Agradecimiento infinito para ti, esposo.
(Nota: lo que se hace desde el amor, siempre tiene que ser agradecido. Si bien él es el papá de mis niños y como papá es su deber cuidarlos, lo que agradezco es que decida a diario dedicarles todo de sí mismo, a cada uno).
5. RECUERDOS
Otra cosa bonita en estos días de malestar, fue recordar a mi mamá y su forma de cuidarme cuando me enfermaba de niña. Esos recuerdos los tengo anclados profundamente en el corazón, porque eran las ocasiones que la tenía conmigo por más tiempo. Recuerdo cuando iba a mi cama y me arropaba con la frazada: “Ya va a pasar, tranquila, que yo te cuido”, me decía. Recuerdo su sopita de pollo, los cuentos que me leía, las idas constantes al hospital y las horas que pasaba conmigo en el baño de madrugada sólo para acompañarme cuando me sentía mal. Nunca me dijo que estaba cansada o que tenía sueño, nunca sentí que fuera un problema para ella que yo me enfermara. Agradezco todo el amor que me dio en esos momentos, porque si hay algo que como mamá hago bien hoy, es cuidar de mis niños amorosamente cuando se enferman. Y eso se lo debo a ella, porque ella sí lo hizo conmigo.
“Te extrañé más estos días mamá”.
6. REFLEXIÓN
Hoy que disfrutas de salud te pido que reflexiones: ¿A quién le pedirás apoyo cuando te sientas enferma o cuando tengas otra situación de urgencia? Pareja, familiares, amigos, vecinos, pueden ser algunas alternativas. Recuerda ser directa y pedir exactamente eso que necesitas.
Tengo un amigo que ya habló con su abogado y le dio un sobre. En ese sobre están todas las indicaciones para sus hijas, respecto a lo que deben hacer cuando él no esté. Las hijas, casi todas mayores de edad, están informadas también de la existencia del sobre y que deben acercarse a la persona correcta.
7. INVITACIÓN
No tienes que hacerlo todo, ni estar a cargo de todo. Practica pedir ayuda y CONFÍA que se hará. Quizás no exactamente como a ti te gustaría, pero finalmente lo que necesitamos, en estos casos, es que las cosas se lleven a cabo, ¿cierto?
Tengamos la apertura de que los demás nos den, así como nosotras nos entregamos día a día con profundo amor.
Hoy es el cuarto día. Ya me voy sintiendo un poco mejor con los medicamentos. He podido abrir mi computador y escribirte. Eso me tiene muy contenta.
Espero mi historia te haya sido de ayuda.
Con amor y gratitud,
Caro
Caro querida, te escribo con un poco de emoción porque justamente son los sentimientos que me embargan ahora, me siento cansada y me preocupa enfermarme porque no sólo mi hijo depende de mí, sino que también mi mamá de 81, me agobia no tener tiempo para sentarme y relajarme un ratito y temo colapsar. Mi único apoyo es mi marido, con él funcionamos a la par, pero todo lo que involucra a mi mamá es sólo mi responsabilidad y además trabajo (desde mi casa). Por eso en este ratito lloré, y te leí y más me llegó al corazón. Mil gracias por tus palabras, intentaré resolver para dejar ese espacio para mí y también ver qué hacer por si me enfermo. Un abrazo grande.
Que bueno te sientas mejor, muchas gracias por compartir tu reflexión con nosotras e invitarnos a cuestionar estos pensamientos que nos alejan del autocuidado. Muchos cariños para ti y tu linda familia.